La reciente incursión del virus de la Fiebre Aftosa sobre la ganadería del Reino Unido ha sacudido nuevamente al mundo, reafirmando la necesidad de aumentar la prevención y los controles sobre ésta y otras enfermedades emergentes de los animales y el hombre (zoonosis) que pueden causar enormes pérdidas económicas y alterar severamente los mercados internacionales que comercializan productos de origen animal.