El aumento de la población y la mayor demanda de alimentos ponen en serio riesgo la conservación de los recursos naturales, agua suelo y vegetación.
Un uso inadecuado de los mismos produce su degradación.
Por otra parte existe una alta demanda de producción de granos y cultivos para biocombustibles (diesel, etanol), tales como maíz, caña de azúcar y jatropha, entre otros.
Para aumentar la producción de alimentos se deben aumentar la productividad de las tierras actualmente bajo cultivo e incorporar nuevas tierras, muchas de ellas de cierta fragilidad, con bosques o en tierras de laderas.
La degradación de las tierras es el resultado de uno o varios procesos que ocasionan la pérdida total o parcial de su productividad.