La situación universal impone que abordemos los propios problemas, abandonando ideas prestadas, prevenciones, y utilizando, en las condiciones más liberales posibles, los factores que son indispensables para poner en valor riquezas que no se pueden dejar inertes. A mi juicio, es urgente una mejor distribución de la población, que no sean las ciudades las que gobiernen el territorio, preocupándose de sus intereses y olvidando los del campo, que son fundamentales para el progreso argentino. El estudio de un plan integral tendría por principal objeto, dar al campo los elementos de trabajo y de cultivo de que carece, y que determinan la necesidad de su abandono por todos aquellos jóvenes que buscan porvenir.