Los factores económicos en que se asienta en forma preponderante el progreso y la riqueza del país, tienen como fuente primordial de su sostenimiento, el trabajo rural. Acrecentar ese patrimonio, preparando técnicamente a los que se dedican a su explotación, es una función vital de gobierno.
La conducción de esos grandes intereses educacionales que abarcan en conjunto a la población que en todas las esferas se dedica al trabajo agrícola o actividades vinculadas al mismo, requiere la ley que fije sus rumbos y le permita desenvolverse con la agilidad y la extensión que corresponden a su alta función educativa en nuestro medio rural.