En este trabajo se analiza el tratamiento dado al niño como sujeto moral. Desde una perspectiva de ética aplicada, se han identificado tres tipos de trato: el paterno-moral, el normativo-jurídico y el diferencial. Cada uno de ellos responde a distintas lógicas de abordaje de la problemática ética en torno a la figura del niño. El primero concibe al infante sólo como un “ser social”, objeto de cuidado pero no sujeto moral; el segundo introduce la dimensión universal posibilitada por el fenómeno de los derechos humanos, el niño es tratado ya como un ser digno, de derecho pleno; la tercera considera la perspectiva particular y singular, destacando la constante alternancia de cada niño entre la autonomía y la vulnerabilidad subjetiva. Se sugiere, finalmente, la idea de que el niño, como otros sujetos morales, es un “ser capaz de” y cuyo poder de autorrealización se construye a partir de un otro que posibilita o no. En esta ética de la intersubjetividad, la infancia se convierte para el otro –padre, educador, profesionalen una invitación al ejercicio de la prudencia responsable.