Al introducirnos en el campo de las prácticas clínicas institucionales atenderemos a los procesos de producción de subjetividad y a las condiciones y procedimientos que propiciaron la constitución de equipos de trabajo.
El escrito está basado en una experiencia realizada en un centro municipal de asistencia a menores en estado de vulnerabilidad social, donde se realizó con los miembros del Equipo Directivo y del Equipo Técnico-Profesional un trabajo de pensamiento y de intervención en los modos de estar y habitar la institución.
De forma específica abordaremos las implicaciones personales que promovieron la constitución misma del Equipo Interviniente, revisando el posicionamiento clínico y las operaciones que permitieron fundar un dispositivo de intervención institucional.
La idea de trabajar los equipos, remite a la constitución de un hacer, de un funcionamiento en conjunto que interpela las condiciones que potencian y obstaculizan los modos de componer con otros. En nuestra experiencia, esto tuvo gran relevancia tanto para los lugares y funciones asignados por la institución; como por la composición con los agentes intervinientes dentro del proceso de análisis y supervisión. Donde la tarea de pensamiento conjunto configuró un lugar en co-construcción: el de interventores.
A este escrito lo atraviesan varios interrogantes, respecto a cómo concebir el trabajo de “analistas institucionales” y el lugar del “experto”; sobre cómo definir el campo de intervención institucional; y qué procedimientos y operaciones hacen a la composición en equipos.