La lucha preventiva de la rabia en nuestro país ha carecido, hasta ahora, de verdadera organización. Se ha atendido, más bien, al tratamiento de las personas mordidas o infectadas de algún otro modo, no atacándose la causa en forma racional, vale decir en concordancia con los valiosos conocimientos existentes sobre la materia.
Para procurar que las cosas sean puestas en su lugar, de una vez por todas, se hace esta exposición, que comienza presentando los hechos técnicos que deben servir de base al Estado, para la adopción de adecuadas disposiciones legales y administrativas.