Según la información periodística, originada en las autoridades sanitarias correspondientes, en el transcurso del año se produjeron, en el país 34 casos fatales de hidrofobia, frente a los 12 registrados en 1961. Esta situación no debe ser tolerada por más tiempo. Autoridades y población - en todos los sectores - deben empeñarse en terminar con la repetición de hechos que, además de producir tantas irreparables desgracias personales, constituyen un motivo de desprestigio para nuestro país, ya que revela un deficiente estado cultural.
Poseemos una legislación suficientemente apta para alcanzar el resultado a que todos tienen derecho. Sólo hace falta la necesaria e indeclinable decisión para aplicarla estrictamente en favor de todos - personas y animales - mediante, por de pronto, adecuada preparación del ambiente.