¡800.000 analfabetos! ¡El 36,91 % de la población escolar! La cantidad asusta, pero no por eso es menos exacta, sin eufemismos, ni distinciones que la amortigüen. No conduce a nada útil procurar disminuir esta cifra con hipótesis que no son hechos comprobados. Dada la extensión del territorio y la distribución de su población es seguro que centenares de niños escapen a los cómputos del censo. Todos los cálculos de probabilidades que puedan verificarse, tomando como base factores firmes, aumentan la cifra de analfabetos y nunca la disminuyen.