Si bien un organismo fitopatógeno puede presentarse como un factor limitante para la expresión del rendimiento, configurando una restricción ecológica para la especie o cultivo, lo que se traduce en una tensión o “stress” para la planta, es conveniente destacar que, simultáneamente con aquél factor, pueden llegar a actuar otros factores ambientales que, además de las tensiones o deformaciones que pueden crear “per ser”, pueden constituirse en factores que predisponen a las plantas hacia una mayor susceptibilidad, es decir que contribuirían a intensificar la tensión o stress independientemente originada por la acción de un agente patógeno.