En 1940 la República Argentina sobrepasaba ligeramente el millón de hectáreas cultivadas bajo riego. En el mismo año de 1940, también México poseía una cifra similar de agricultura regadía.
En el año 1977, más de treinta y cinco años después, la Argentina está llegando a un millón trescientas mil hectáreas bajo riego, mientras que México, ha sobrepasado a esa fecha los tres millones y medio de hectáreas regadías.
Es evidente, que la política agraria desarrollada en este aspecto, en uno y otro caso, no han sido las mismas. ¿Es entonces que nuestro país tiene poca capacidad de producción en las áreas regadas? Ciertamente, no. Puede aventurarse todo lo contrario, pero, ¿cuál es la razón de nuestro bajo coeficiente de desarrollo? Ello es lo que vamos a analizar con cierto detalle.