Una Argentina en profunda crisis de identidad sucede en nuestros días a la Argentina exultante de comienzos de siglo. Las inteligencias más claras dle país contemplan atónitas la realidad cotidiana de un pueblo que parece haber abjurado de su nervio de otrora y se impacienta frente a sucesivos fracasos y frustraciones. No sólo el último medio siglo y elmomento presente nos brindan poco de qué ufanarnos, sino que has ta la coyuntura política actual, que normalmente representaría la apertura de un período de esperanzas ante el recambio de figuras, se caracteriza por un generalizado pesimismo apriorístico.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)