Un pintor de hoy, primera novela de John Berger, escrita en 1958 y reeditada por Alfaguara este año, propone una reflexión alucinada sobre el rol del artista y los reparos que subsumen su universo creativo a las manifestaciones de la realidad objetiva. El compromiso, denostado hoy bajo el argumento de “anacrónico”, se vuelve en la prosa despojada del escritor inglés una obsesión, un desafío, el motor que posibilita que esté en su tiempo.