La afirmación central de nuestra tesis es: la verdad es una relación entre procesos que ocurren en el sistema nervioso humano y procesos que ocurren en el mundo. El mundo existe independientemente de cualquier individuo, es decir, existió antes de que existiera algún ser humano y, probablemente, continúe existiendo cuando éste ya haya desaparecido.
Intentamos proveer una explicación de lo que es “ser verdadero” en contraposición con lo que es “tener por verdadero” o “saber de algo que es verdadero”. Estos últimos puntos sólo se tratarán incidentalmente.
Un concepto clave de la teoría es el de representación. Una representación, en el presente contexto, es un estado propio del sistema nervioso que se reconoce como originado a partir de la interacción de factores filo y ontogenéticos. Es algo así como una impronta surgida del choque entre el impulso causal heredado y los impulsos causales recibidos por el individuo del entorno en el que se ha desarrollado.
La verdad se predica primariamente de las representaciones y sólo por derivación, muchas veces engañosa, de otra clase de ítem.
La verdad acerca de un segmento espacio-temporal del mundo es siempre parcial. Los seres humanos no tenemos, como cuestión de hecho, acceso a todos los aspectos del universo.