Las transformaciones constantes de las que son objeto las sociedades modernas instauran en lo cotidiano la necesidad de condensar sentidos reconstruyendo y resignificándolos en ciertos espacios, lugares y relaciones.
Consideramos como más relevantes y dinámicos a los movimientos sociales y todas sus manifestaciones.
La emergencia de estas formas culturales y políticas se condensan en prácticas alternativas, así como por el contexto social, cultural y económico que vive el país.
La crisis de la sociedad Argentina de los últimos años, ha atravesado a las instituciones formales provocando la falta de legitimidad, la descomposición y la desarticulación de las mismas; lo que conllevó a una crisis de representación que se cristalizó en diciembre de 2001.