Este trabajo es un estudio de caso acerca de una acción colectiva que ha perdurado durante más de veinte años hasta la actualidad y que ha sido sostenida exitosamente por la participación activa y comprometida de un grupo de más de cien familias vecinas de una villa de emergencia, quienes fueron los encargados de crear los lazos necesarios para que el acto colectivo transformador no se quebrara.
Por tanto, este artículo va a abordar esta experiencia a partir de tres ejes fundamentales: las interpretaciones sobre el sostenimiento de las acciones colectivas, el rol de la comunicación como herramienta utilizada por los sectores populares para fortalecer los procesos colectivos de transformación y el nuevo rol del Estado en la sociedad.
Esta acción comunitaria fue desarrollada por un grupo de personas que fueron afectadas por las políticas económicas argentinas de los últimos 30 años, las cuales han devastado a los sectores más empobrecidos del país y ampliaron la brecha entre ricos y pobres a límites impensados. El Estado se vació y ha dejado de ofrecer soluciones a los sectores más vulnerables. En este contexto emergieron distintas organizaciones intermedias que, en cierta manera, cumplen con las necesidades que corresponderían a los organismos gubernamentales.