El aumento de la población mundial, la intensificación del uso de la tierra, la migración de la población rural y la necesidad de un incremento de la producción requieren cada vez un mayor y más preciso conocimiento de los recursos naturales que intervienen en los procesos productivos agropecuarios. En este contexto, los suelos juegan un rol fundamental. De allí la importancia de conocer su distribución, génesis y procesos edáficos ocurrentes, a fin de evaluar las reservas de minerales (energía libre) del complejo de alteración y los procesos de pérdidas y ganancias.