Desde hace algunos años, los historiadores preocupados por la divulgación y por la ense- ñanza de la historia comenzaron a pensar que ésta no se puede contar sólo a través de las palabras escritas. Comenzó entonces a resultar un desafío la incorporación de otras dimensiones sensoriales al relato histórico: las imágenes y voces de sus protagonistas y de los propios historiadores, tanto para acercarse a la vivencia de los sujetos históricos y de los profesionales de la historia como a las jóvenes generaciones destinatarias de relatos, explicaciones e interpretaciones históricas. Abriéndose paso entre las representaciones de escuela–parálisis, escuela–barranco o escuela–quebranto, en un magnífico trabajo de producción denominado Múltiples Voces para el Bicentenario, toman cuerpo diferentes y sugerentes ideas para la enseñanza de la historia.
Compartimos con ustedes una entrevista con las historiadoras Gisela Andrade y Alejandra Rodríguez, quienes participaron en esta producción.