Una constante de las ciencias sociales ha sido la certeza de que la falta de ética, o directamente su clausura, ha sido factor fundamental para construir la coyuntura actual. En la actualidad, desde Soros o Stiglitz hasta Poole y la filosofía de la moral, variados trabajos advierten sobre la carencia ética contemporánea. Por ello, el camino intelectual de Alasdair MacIntyre tiene el doble valor de brindar una posibilidad teórica sobre la ‘vida buena’ y para ella, y de hacerlo redefiniendo conceptos básicos de las ciencias sociales.
En Animales racionales y dependientes, como en Tras la virtud, MacIntyre rompe con la tradición de discurso que antepone lo individual a lo social y eleva la razón humana, y su autonomía, a un altar intocable. Al mismo tiempo, se propone corregir tópicos, prejuicios y actitudes propias de la filosofía de la moral occidental, que se ha alejado de la biología del ser humano, incurriendo en omisiones graves que determinan postulados finales erróneos.