Si entendemos por hispanismo lo que nos dice el diccionario, esto es: «Estudio de la cultura hispánica, especialmente por extranjeros», y lo leemos en un sentido académico y restringido, los límites de nuestras reflexiones se estrecharían. Si lo leemos en un sentido amplio, como la valoración que cierta tradición intelectual realiza del legado cultural y literario hispánico, el foco varía ostensiblemente. Pero si adoptamos este segundo camino, y analizamos el caso de Argentina, deberíamos, previsiblemente, cambiar el título y hablar del antihispanismo en Argentina. Porque en la medida en que iba rastreando algún material para esta ponencia, fui llegando a una conclusión que para muchos puede parecer obvia: en la mejor tradición intelectual argentina, el antihispanismo deviene el elemento no marcado; sea por mención u omisión, se trata de una suerte de grado cero en el establecimiento de relaciones posibles entre esa tradición y la peninsular. Estas notas procurarán justificar esta convicción.