La reforma educativa de los ´90 suscitó acaloradas polémicas en distintos sectores de la sociedad, reafirmando que el escenario educativo es un espacio de lucha en el cual puede verse cómo se va construyendo el discurso oficial acerca de las políticas a implementar. El debate se centró en las nuevas características de la organización político-administrativa del sistema educativo, su estructura y niveles de enseñanza, y la reformulación de los diseños curriculares.
Desde el discurso político-educativo oficial se priorizó la necesidad de que la escuela facilitara herramientas para contribuir a la democratización de la sociedad, proporcionando el aprendizaje de mecanismos institucionales y políticos que sostuvieran una vida basada en la tolerancia y la responsabilidad ciudadana. Este apareció como uno de los objetivos de la reforma educativa cristalizado en la ley federal de educación dictada en 1993 y en la ley de educación de la provincia de Buenos Aires.
De este modo, y particularmente a partir de esta legislación, se ha colocado a la escuela como uno de los pilares fundamentales en la construcción de una moderna ciudadanía. La misma, desde los soportes discursivos de la actual reforma, responde a un imperativo de integración social y considera que la escuela debe impartir una educación actualizada, ajustada a la obtención por parte de los alumnos de saberes competentes que les permitan ubicarse en mejores condiciones para su inserción en el campo laboral.
El presente trabajo intenta contribuir al debate abierto acerca de los problemas presentes en la enseñanza de las Ciencias sociales y en particular la Historia en el Tercer Ciclo de EGB para la Provincia de Buenos Aires, luego de la reforma educativa, reconociendo que aún es escasa la producción bibliográfica sobre ella y, generalmente, está centrada en sus normativas.