En La operación histórica, Michel de Certeau comenzaba interrogándose por el “Qué”: “¿Qué fabrica el historiador cuando ‘hace historia’? ¿En qué trabaja? ¿Qué produce? ... ¿Qué oficio es éste?”1 son las preguntas que lo guían en la elaboración de una concepción de la historia como “práctica” (disciplina), “resultado” (discurso) y “relación” (lugar). Con inquietudes teóricas similares Alejandro Herrero y Fabián Herrero publican La cocina del historiador, aunque su punto de partida es levemente diferente al de de Certeau: el interrogante básico dejará de ser el ‘Qué’ para pasar a ser el ‘Cómo’. En efecto, este excelente libro que recopila una serie de entrevistas a los más prestigiosos historiadores especializados en la denominada historia cultural (Peter Burke, Roger Chartier, Robert Darnton y Daniel Roche), tiene el mérito de replantear una cuestión tan propia de nuestro métier: la de cómo se ejerce y se practica el oficio de historiador, cómo se hace historia, cómo se la escribe.