En los últimos años se dio en Argentina un destacado desarrollo del sector turístico, principalmente a partir de la debacle económica sufrida en 2001, cuando debido a la devaluación del peso argentino, resultaba muy accesible para el turista extranjero conocer nuestro país. Sumado a esto, está el interés que producen los atractivos naturales y culturales con los que cuenta el mismo, y que generan cada año un mayor incremento del turismo receptivo en el país1 .
También cabe destacar que uno de los puntos de referencia más importantes de la Argentina es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el hecho de ser Capital de la República y centro que conecta todos los puntos del país.
Esta ciudad ofrece una gran variedad de entretenimientos como museos con prestigio internacional, espectáculos teatrales, casinos, shows musicales, conciertos, ferias artesanales, centros culturales, etc. caracterizándose peculiarmente por su vida nocturna, ya que existen en ella pubs, restaurantes, cafés, bares que permanecen abiertos hasta la madrugada.
Además de los atractivos antes citados, la ciudad cuenta con una innumerable oferta hotelera, que va desde los grandes y clásicos hoteles a los nuevos de menor escala pero con todos los servicios, como son los denominados Hoteles Boutique. Si bien es difícil establecer una definición al respecto, ya que no existe categorización ni reglamentación oficial alguna que los respalde, todos parecen basarse en un concepto general: establecimientos pequeños, de entornos íntimos, con una cantidad reducida de habitaciones, generalmente lujosos o no convencionales. Se diferencian de las grandes cadenas por ofrecer un nivel de alojamiento, servicios e instalaciones excepcionales y personalizadas.