Las descripciones historicistas, sociológicas y antropológicas se han visto sacudidas por procesos rizomáticos, inexplicables y sorprendentes en materia de imaginarios, configuraciones, expresividades, en tanto mundo y en cuanto forma. El arte, en tanto materia comunicante de imposible funcionalismo; sus prácticas siguen poniendo en juego, en jaque, los abordamientos científicos, sin que por eso debamos desestimar las contribuciones parciales, las entregas acotadas y las percepciones particulares.