Las empresas, “estructuras organizativas de naturaleza económica”, operan en mercados dinámicos. Constantemente se modifican, por ejemplo, los precios de compra de los distintos factores de la producción, que constituyen el costo del producto y de ventas de esa producción. También cambia continuamente la tecnología, las exigencias de los consumidores, sus gustos, sus preferencias y las formas características que presentan las demandas de cada uno de los sectores. Varían las situaciones internas de las empresas: las finanzas, los empleados, los locales, la cantidad de sucursales; al tiempo que también se transforman las condiciones externas: la macroeconomía a nivel mundial y nacional, el contexto socio-político, las firmas competidoras, etc.