La historia del cuarteto nos muestra que su posicionamiento dentro de la cultura cordobesa ha variado, pasando de un lugar periférico que ocupaba en los años de sus comienzos, a ocupar actualmente, gracias a la difusión de los medios de comunicación, el centro de la escena cultural, alcanzando a grupos sociales y ámbitos culturales antes impensables.
El cuarteto encierra, no solo una simpleza rítmica y letras repetitivas, sino que también es una forma particular de comunicación practicada por sectores populares a lo largo de toda su historia. Para comprender qué significa el mundo del cuarteto, es necesario tener en cuenta dos cuestiones: en primer lugar su historia, condicionada por factores socio-políticos, culturales y tecnológicos de cada época; y en segundo lugar el baile, entendido como el ámbito de mayor expresión del fenómeno cuartetero.
Pese a los cambios, el común denominador a todos los momentos históricos ha sido el baile, un ritual que les proporcionó a sus asistentes una “atmósfera de seguridad afectiva”, un lugar de contención y a la vez de entretenimiento.
Para este trabajo se fijaron como límites cronológicos el origen (1943) y el momento de apogeo del cuarteto (1990).