En el presente artículo se propone la cooperación disciplinar en el trabajo docente como estrategia posible para atender una de las mayores dificultades que surgen entre los estudiantes del nivel secundario: la integración de los saberes. Ésta involucra capacidades y niveles de comprensión que, a veces, suelen ser evaluadas en materias que no tienen como objeto de estudio esos saberes. Se parte de la hipótesis de que el positivismo subyacente en los diseños curriculares de la secundaria tradicional no permite dar cuenta de los avances que, en materia de investigación científica y de construcción de conocimiento académico, se dan en torno a las conexiones disciplinares de los equipos de trabajo específico, evitando su transferencia en las clases propias a la formación obligatoria. Asimismo, se analizan las potencialidades del trabajo solidario en proyectos áulicos flexibles que, sin perder las propiedades de cada materia de estudio, permitan relacionar en forma transversal o longitudinal los conocimientos, de manera tal que el corpus propio del nivel, obtenga especificidad a la vez que garantice calidad educativa en los desafíos que la inclusión propone.