Resulta propicio realizar un ejercicio de resignificación a largo plazo que nos permita encontrar nuevos conceptos y un nuevo lenguaje para develar las complejidades locales y las desigualdades laborales, de género, raza, clase, generación, etc. existentes. Para ello quizá sea importante recuperar las ideas de los académicos latinoamericanos decolonialistas, quienes sugieren la construcción de una ciencia social heterárquica, que elimine las jerarquías teóricas impuestas desde Occidente, y promueva la comprensión del mundo social como el resultado de procesos heterogéneos y múltiples, con diferentes temporalidades.