La autora se propone resignificar la importancia de la población negra en Catamarca para -a su vez- iluminar el complejo proceso de invisibilización y posterior declinación de este sector del escenario regional. Se propone además, analizar las modalidades de intercambio y entrecruzamiento entre los diferentes grupos socioétnicos y por último examinar a las familias vallistas en el espacio de lo cotidiano, de las prácticas concretas relacionadas con el trabajo, el matrimonio y la sexualidad. Es sin dudas, una motivación personal subrayada por Guzmán, desentrañar el descenso de los grupos africanos a comienzos de la República y su posterior desaparición del conjunto social.