Hay objetividad en el análisis del discurso, pero la misma tiene el límite de la objetividad de las Ciencias Sociales, que no son causales ni exactas, pero pueden ser rigurosas a partir de metodologías específicas, sin dejar de considerar que en ellas -en su objeto-siempre está en juego el hombre y sus realizaciones.
Si el hombre estudia y analiza sus propios discursos, su propio lenguaje, sus actuaciones textuales, no podemos pretender no tomar parte en la explicación de lo que en última instancia -tal vez en primera- nos estudia y analiza a nosotros mismos.