El papel de los intelectuales en la lucha por la transformación social ha atravesado diferentes estadios a lo largo de la historia. En Argentina, la “desconfianza”, llamémosle así, hacia los intelectuales tuvo exponentes pertenecientes a diferentes corrientes de pensamiento. Uno de los momentos más álgidos haya sido quizá el primer peronismo, que en el clima electoral de 1946 terminó con aquella recordada consigna de “alpargatas sí, libros no”. Hubo, sin embargo, una serie de iniciativas que insistieron en reivindicar el papel que los intelectuales, tenían en las disputas por una transformación, si no revolucionaria, por lo menos progresista.