Este artículo se enmarca en una investigación que busca comprender los procesos de apropiación docente de nuevas tecnologías (TIC) que se generan a partir de la implementación de políticas educativas nacionales referidas a estos dispositivos. Desde hace más de una década y enmarcado en una tendencia a nivel mundial, el Estado argentino se ha ocupado sistemáticamente de incorporar las TIC a las escuelas. Ello ha significado una proliferación de documentos oficiales, materiales didácticos y líneas de acciones –reformas curriculares, capacitación, equipamiento, etc.–, cuyo principal destinatario es el docente. Así se configura un complejo y dinámico entramado de relaciones entre estas prescripciones que se constituyen en mecanismos privilegiados para la búsqueda del control de las acciones posibles de los sujetos (Ansaldúa Arce, 2009) y los procesos de resignificación docente atravesados por múltiples mediaciones y construidos de modo diverso a través de discursos, prácticas y posicionamientos que remiten a condiciones contextuales específicas.