La tematización del embarazo en la adolescencia como un “problema” de salud pública surge en la década del sesenta acompañando los cambios sociodemográficos, económicos, culturales e ideológico-políticos que tuvieron lugar tras la Segunda Guerra Mundial. Estas transformaciones originaron una creciente preocupación por la normalización del comportamiento de l@s jóvenes, más específicamente por aquellas conductas que pudieran afectar su transición hacia una forma socialmente aceptada de “ser adulto”.
Luego del baby-boom que se produjo al finalizar la Segunda Guerra, era común y de poco interés en los Estados Unidos que la maternidad/paternidad comenzara durante la adolescencia. En 1957, la tasa de fecundidad para este grupo en dicho país llegaba a 96,3 por mil: 1 de cada 10 adolescentes daba a luz cada año.