Un historiador que conoce las peripecias que muchas veces hay que atravesar para acceder a la documentación en los reservorios argentinos (como es el caso de quien escribe), puede fácilmente sorprenderse en una estancia de investigación en otro país. No voy caer aquí en el típico análisis dicotómico y muchas veces falaz que intenta explicar las diferencias en términos de primer y tercer mundo, simplemente quisiera describir una estancia de investigación en un país que ofrece un ambiente más acogedor para el historiador. Me voy a referir aquí a la experiencia de investigar en España a través de las vivencias obtenidas en una estancia realizada entre los meses de febrero y abril de 2011.