Como señala Alguacil, el punto de inflexión cultural que supone la Posmodernidad corresponde a una sociedad del riesgo, que se define primordialmente por la indefinición y la incertidumbre, por “el no saber hacia dónde vamos”. En 2007, Lomnitz sostenía que los movimientos sociales de carácter socialista estaban agotados en la creación de nuevos discursos, encapsulados en el pasado, incapaces de producir nuevos sentidos. En efecto, los movimientos sociales socialistas se encuentran en una situación de impasse, sostenidos por el anhelo de que las luchas y las alternativas gestadas evolucionen positivamente. Como apunta Díaz-Salazar (2011, p. 19), debido a la evidente falta de eficacia de los movimientos sociales socialistas, estos se ubican temporalmente en un “mientras tanto”. Es un tiempo de espera para que las energías invertidas por parte de los individuos que conforman los movimientos sociales socialistas den sus frutos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)