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La subfamilia Triatominae (Hemiptera: Reduvidae), comprende un grupo de insectos hematófagos transmisores de la Enfermedad de Chagas, endemia latinoamericana que afecta cerca de 10 millones de personas, causada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi. Dadas las dificultades en el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad, todos los esfuerzos están volcados al control de los triatominos, como insectos vectores. Los triatominos colonizan vivienda humana (hábitat doméstico), así como los ambientes próximos a ella (hábitat peridoméstico), con mayor o menor grado de adaptación dependiendo de la especie en consideración. Las especies asociadas al hombre suelen mostrar una amplia distribución geográfica, en parte como resultado de su transporte pasivo en los enseres domésticos durante las migraciones humanas. Se ha agrupado a las más de 130 especies que integran la subfamilia en distintos complejos y subcomplejos en base a similitudes morfológicas y de distribución geográfica, entre otras. El subcomplejo Triatoma sordida, incluído dentro del complejo T. infestans, está integrado por las especies T. sordida, T. garciabesi, T. guasayana y T. patagonica distribuidas diferencialmente en el cono sur de América del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay). Se encuentran principalmente en los ambientes silvestres y peridomésticos y tienen una alta tasa de infección con T. cruzi. Suelen colonizar la vivienda humana tras la erradicación de T. infestans y T. brasiliensis, por lo que dentro de los programas de control se las considera especies secundarias y potencialmente riesgosas. La variabilidad en diversas características fenotípicas así como la posibilidad de obtener descendencia viable en los cruces experimentales ha llevado a dudar del estatus específico de dos de sus integrantes, T. garciabesi y T. patagonica. Asimismo, se ha sugerido que T. sordida podría estar integrada por dos especies crípticas. Las tres principales especies vectoras de la enfermedad son T. dimidiata, T. infestans y Rhodnius prolixus. Dentro del género Triatoma, la especie con mayor capacidad vectorial en América del Norte y Central es T. dimidiata. Con una alta tasa de infección con T. cruzi , esta especie tiene una alta adaptabilidad a diversas condiciones climáticas y coloniza fácilmente los ambientes peridoméstico y doméstico a partir de sus reservorios silvestres, pudiendo encontrársela incluso en grandes ciudades. De origen centroamericano, actualmente tiene una amplia distribución desde el centro de Mexico, por todos los países de América Central hasta Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador en América del Sur. Debido a la gran variabilidad que presenta en sus características morfológicas y etológicas a lo largo de su distribución geográfica, inicialmente fue dividida en subespecies, aunque posteriormente fue reunificada en uno de los estudios más abarcativos hechos sobre taxonomía de triatominos. Sin embargo, numerosos estudios posteriores, empleando diversas técnicas fenotípicas y genéticas, muestran una variabilidad difícil de atribuir a la de una única especie. Los caracteres fenotípicos (citológicos, morfométricos, isoenzimáticos, etc.) y genéticos (obtenidos mediante los métodos de RAPD, rDNA ITS-1 y 2, 18S RNA, entre otros), analizados con diversas técnicas de análisis multivariado, se han empleado exhaustivamente en la taxonomía de varios grupos de animales, plantas, hongos y bacterias, ayudando a dilucidar y en parte a resolver relaciones que la taxonomía clásica no era capaz de definir. El patrón de hidrocarburos cuticulares de insectos se ha utilizado ampliamente como carácter taxonómico en el estudio de diversas especies; entre las de importancia sanitaria se destacan las de los géneros Glossina sp., Simulium sp. y Anopheles sp. En triatominos se conoce el patrón de hidrocarburos de varias especies y complejos, y se ha determinado su estructura en T. infestans, T. mazzottii y R. prolixus. Dentro del subcomplejo T. sordida, en este trabajo de tesis se pudo discriminar a T. garciabesi como especie distinta de T. sordida, en función de las caracteristicas cuali y cuantitativas de su perfil de hidrocarburos; sin embargo T. patagonica no se diferencia como especie, agrupándose como una población de T. guasayana. T. sordida y T. garciabesi mostraron una relación estrecha entre ambas, siendo T. guasayana la especie más diferenciada del subcomplejo. Las poblaciones de T. sordida quedaron divididas a su vez en dos grupos netamente diferenciados, que podrían ser considerados como subespecies, en coincidencia con otros estudios. El análisis de los hidrocarburos de T. dimidiata reveló que es necesaria una reconsideración de la taxonomía de la especie. Se obtuvieron tres grupos claramente diferenciados, que se corresponden con la clasificación en subespecies hecha originalmente: T. dimidiata maculipennis para la mayoría de los ejemplares mexicanos, T. d. dimidiata para los centroamericanos y T. d. capitata para los de la mayor parte de los sudamericanos. Adicionalmente, se obtuvo un grupo formado por los insectos de la región mexicana de Yucatán y norte de Guatemala que en coincidencia con otros análisis constituiría otra especie o subespecie. Los insectos colectados en los sistemas de cuevas de Lanquín (Guatemala) y en la región cercana de Augustine (Bélice) mostraron un nivel de diferenciación comparable al de otra especie. Los resultados obtenidos en esta tesis muestran que el patrón de hidrocarburos es un marcador taxonómico de gran utilidad y sensibilidad, tanto para discernir las relaciones interespecíficas como para evaluar la variabilidad intraespecífica en triatominos, además permite inferir el movimiento de insectos tanto dentro de una región geográfica como entre ambientes. La información aportada, en conjunto con la obtenida mediante otros marcadores genéticos y fenéticos contribuiría en el diseño de estrategias específicas de los programas de control de la enfermedad.