“Un medio sin fuentes es un medio muerto”. Probablemente, la sentencia de la catedrática española Mar de Fontcuberta (1993) alcance para graficar la importancia que presentan las fuentes en el proceso de construcción de las noticias.
Y si esto sucede es por una razón tan sencilla como frecuente: a menos que se trate de hechos programados –una sesión parlamentaria, una competencia deportiva, un espectáculo, etc.–, la mayoría de los periodistas no ha sido testigo presencial de aquello sobre lo que informa. De allí que, muchas veces, “informarse de manera previa a redactar la mayoría de las noticias que suministran” constituye la única opción que se presenta y la que determina que los profesionales deban acudir a las denominadas fuentes de información; incluso en aquellos casos en que el periodista ha asistido al acontecimiento en persona “porque suponen un punto de vista distinto y aportan datos complementarios”.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)