Muchas veces escuchamos que el modelo político chileno debe ser “exportado” al resto de los países de la región. Se escucha o lee de la moderación de su sistema político, pero sin embargo pocas veces se plantea seriamente sobre que bases se encuentra su sistema electoral (que diseña y caracteriza a gran parte del sistema político y en particular a su poder legislativo). El actual sistema electoral chileno fue diseñado e impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet y formo parte de las llamadas “leyes de amarre” que se promulgaron luego del plebiscito de julio de 1989 en donde se aprobaron una serie de cláusulas democratizantes a la Constitución de 1980. Su principal objetivo estuvo en asegurar y asegurarse las reglas de juego que truncaran un cambio institucional en donde la impunidad de los crimines de lesa humanidad cometidos por la dictadura entre 1973 y 1990 quedaran impunes.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)