Finalizada la guerra de Malvinas de 1982, informes británicos consideraban que debía llegarse a un acuerdo bilateral con Argentina para la exploración y explotación de petróleo en aguas circundantes a las islas, ya que los estudios sísmicos realizados revelaban su existencia entre el archipiélago y el continente.
El acuerdo generaría un clima político estable para los inversionistas, recordando que el mismo era necesario por la conveniencia de utilizar los puertos argentinos por su infraestructura, además de los pronósticos sobre los efectos adversos para el medio ambiente y el desarrollo de la vida social de los isleños. El 27 de Septiembre de 1995, Argentina y Gran Bretaña firmaron una declaración conjunta alentando la exploración y explotación de hidrocarburos en una extensa área de cooperación alrededor de las islas.
Se aclaraba que lo acordado no sería interpretado como un reconocimiento de los reclamos de soberanía por parte países de los firmantes. Este trabajo tiene como objetivo describir y analizar las negociaciones llevadas adelante por Argentina y el Reino Unido para llegar al acuerdo petrolero de 1995 y como el mismo significó un retroceso en la posición argentina sobre el reclamo de las Islas Malvinas.