En 2006 dos acontecimientos públicos localizables en latitudes distantes tuvieron como actor central a un sujeto sobre el que algunos analistas académicos debaten respecto de su capacidad de acción política y su papel en la actual configuración mundial: el migrante.
Esta ponencia busca introducir en el análisis sobre la participación de los migrantes en las relaciones internacionales, tomando como referencia las movilizaciones, reclamos y huelga de migrantes en Estados Unidos, en oposición a un proyecto de ley de migración; y las manifestaciones públicas de migrantes bolivianos en Buenos Aires, en reclamo de mejores condiciones laborales y conservación de las fuentes de empleo.
La migración en sí misma representa un desafío a los mecanismos de control social de los Estados de origen y recepción. Pero qué sucede cuando, además, los migrantes toman las calles en el país receptor.
Las manifestaciones callejeras, el boicot y la huelga por parte de los migrantes se constituyen en la irrupción de la sociedad civil en la escena económica y política internacional.
En este contexto, los Estados receptores desarrollan medidas de control a escala nacional y establecen estrategias en el orden de las relaciones internacionales: relaciones diplomáticas, coordinación y cooperación en materia migratoria.