En un país de características inmigratorias como el nuestro, de gran heterogeneidad étnica, aquellos grupos que proceden de países en conflicto construyen identidades muy fuertes, muchas veces vinculadas a sus lugares de origen (“Madres Patrias” en la denominación argentina), de tal manera que llegan incluso a participar de un nacionalismo vicario (Smith, 1986) o diaspórico (Gellner, 1983) que exalta esa pertenencia y refuerza la solidaridad étnica originaria dentro del país anfitrión.
El carácter de las relaciones entre Argentina y los países del Medio Oriente ha potenciado el involucramiento de las colectividades mencionadas, las cuales son a menudo incitadas a tomar partido por los países que son parte del conflicto árabe-israelí.
Las redes creadas por las diásporas étnicas adquieren cada vez mayor importancia en la política internacional, constituyendo una tríada compleja de relaciones entre esas diásporas, los países anfitriones y sus patrias originarias. (Sheffer, 1986).
En esta ponencia me propongo mostrar el rol de las colectividades árabe/musulmana y judìa de la Argentina como grupos de la sociedad civil que participan en las relaciones internacionales Argentina-Medio Oriente entre los años 1947 a la actualidad.