Una de las cuestiones mas relevantes que afronta la humanidad en los albores del siglo XXI es la de resolver el tema del terrorismo a escala global. Sin duda por su brutalidad, extremismo y, paradojicamente, por los puntos oscuros de contacto con Occidente, el extremismo islamico es el que merece mayor atencion. Caida la "Cortina de Hierro" y desaparecido el "Fantasma Comunista", Occidente enfrenta un enemigo mas invisible y terriblemente mas despiadado, que ha llevado su frente de batalla a la "mismisima Tierra Prometida". Una extraña y fascinante mezcla, relacionada, por un lado, a la propia decadencia de la cultura islamica, quien no puede resolver el dilema de la modernidad con su cerrado y conservador sistema juridico-espiritual, ante el avance arrollador de la Occidentalizacion (Occidentoxicacion, como la suelen llamar verborragicamente), y la puesta en escena, por otro, de un ejercito de hombres dispuestos a los mas altos sacrificios, solventados con las "generosas" contribuciones de adinerados empresarios y estados patrocinadores, dan forma a una tipo de confrontación no convencional. En la capacidad de los principales lideres mundiales, al detectamiento de la principal causa disuasiva, a esta modalidad de enfrentamiento, duerme el peso de la Historia en este Siglo que comienza.