En el Cono Sur Latinoamericano, Brasil y Argentina han concluido en materia de energía atómica una serie de acuerdos bilaterales, con jerarquía de tratados vinculatorios, que aseguran el uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear. En los años 90 se profundiza el fortalecimiento de la confianza mutua, los gobiernos de Carlos Menem, en Argentina, Collor de Melho, Itamar Franco y Fernando H. Cardoso, en Brasil, siguen los lineamientos de las grandes potencias y en particular de Estados Unidos, aceptando los controles externos de sus respectivos programas nucleares, por lo que estaba decretado el fin de la concepción de desarrollo nuclear autónomo para los países del Cono Sur. Con la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder, el desarrollo nuclear regresa al escenario latinoamericano, Brasil revisa actualmente sus programas de desarrollo nuclear, el anuncio se produce después de que el citado programa saltase a la portada de los periódicos por el rechazo de este país a las inspecciones de la AIEA, organismo que reclama poner “freno” al desarrollo de los programas nucleares y presiona a los gobiernos latinoamericanos para la firma del Protocolo Adicional al T.N.P.