Es común escuchar hablar a los economistas de la importancia de los aportes de capital extranjero en la Argentina. También, los organismos internacionales insisten mucho en la necesidad que tiene nuestro país de reinsertarse en el mercado internacional de capitales, para asegurar el crecimiento económico y la prosperidad. Por otro lado, el neoliberalismo y la globalización económica, suelen agregar argumentos para que los gobiernos tengan muy en cuenta los intereses del mercado mundial. Todo esto hace necesario que se realice una reflexión sobre la naturaleza, aplicación e impacto que el capital extranjero puede provocar sobre la sociedad argentina, como, por ejemplo, la necesidad de regularlo o no, o si es conveniente fomentar las fusiones empresariales. La modernización del aparato productivo, la creciente inserción argentina en la economía internacional, el aumento de la productividad y la competitividad y la creación de puestos de trabajo, requieren la atracción de capitales de riesgo, no especulativos. Aunque también, se deben ayudar a las pequeñas y medianas empresas nacionales, mediante créditos a las exportaciones y estímulos fiscales. En todo caso, el centro de toda reflexión, será siempre el bienestar de la sociedad argentina en el marco del pleno funcionamiento del sistema democrático.