Hacia finales de los ‘80 han tenido lugar profundos cambios en la escena mundial, configurándose un nuevo orden internacional caracterizado por la multipolaridad y la interdependencia de todas las naciones. Atendiendo a estas transformaciones, el Estado argentino entre 1989 y 1999 fue reformulado en múltiples aspectos, incluyendo la política exterior. En este último aspecto, el presidente Menem optó por el alineamiento con las grandes potencias y trató de evitar la confrontación política con los países centrales. Tal experiencia marcó un quiebre con la política del peronismo fundacional. Al mismo tiempo, implicó una resignificación de la noción de soberanía en su aspecto externo e interno, una nueva forma de entenderla y aplicarla, ya no solamente como el estricto ejercicio de la autoridad sobre un territorio determinado. Nuestra propuesta pretende ser una aproximación exploratoria en torno a la noción de soberanía en el discurso oficial en relación a la “integridad territorial”. Sin duda el tema de la soberanía fue uno de los componentes más destacados en las justificaciones del discurso menemista. En el plano interno, Menem asoció, entre otros aspectos, a la soberanía con la idea de integridad territorial, y orientó sus “usos” a la legitimación de su accionar político y a la búsqueda de consenso a partir de un presupuesto de interés que involucraba a toda la “nación”, premisa que intentaremos ampliar en este trabajo.