Con motivo de cumplirse este año (2006) los 100 años en que la Academia de Estocolmo le otorgó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, a don Santiago Ramón y Cajal, por su descubrimiento en 1888 de la unidad celular del sistema nervioso; ante la invitación, que agradezco, de la Sociedad de Ciencias Morfológicas de participar como conferencista, me pareció de interés referirme a la escuela cajaliana de histología, habida cuenta de la importancia en su aporte a las neurociencias y en el desarrollo de la histología y la patología hispanoamericana.