El objetivo del presente trabajo es hacer un recorrido político y temático por las cuatro Cumbres eurolatinoamericanas, para conocer la trayectoria de las preocupaciones centrales y los acuerdos tomados, y desde ahí observar el lugar que ha venido ocupando América Latina en ellas, pero sobretodo analizar lo que ocurrió después de la Cumbre de Viena. Al parecer Viena señaló un cierto agotamiento del diálogo político y la necesidad de reformar el formato y la agenda de las Cumbres.
Desde 1999 que empezaron las Cumbres Europeas-Latinoamericanas, las prioridades y discusiones temáticas al interior de cada región han sido distintas, no obstante, temas de preocupación intercontinental han estado presentes de alguna manera en ambas regiones, lo que ha restado importancia a la especificidad de los problemas en América Latina.
Dentro de los análisis posteriores a la Cumbre de Viena, encontramos dos posturas, por una lado, algunos representantes latinoamericanos se han quejado de que “la región ocupe un lugar menos prioritario en las agendas de la política exterior de los europeos”. Y por otro, están los que señalan que la cuarta Cumbre demostró lo contrario. Por lo que la revisión histórica y política de las Cumbres nos puede permitir analizar la posición actual que ocupa América Latina en la política exterior de la Unión Europea.