La ola de democratización experimentada en la región en la década del ochenta alentó cambios en los conceptos y las prácticas de seguridad dentro de los estados del Con Sur y entre ellos. La existencia de valores políticos comunes y desafíos económicos similares ayudo a poner fin a disputas y rivalidades que en el pasado, habían dificultado las iniciativas de cooperación regional.
El interés existente durante esta década vislumbraba que la cooperación en el campo de seguridad, junto con la integración económica y la coordinación política conduciría a un proceso irreversible.
La seguridad se obtiene por la cooperación y no por la confrontación ni la competencia. La disposición al diálogo, la negociación y el compromiso, la cooperación para resolver los conflictos, la transparencia de las actividades militares, la utilización de medidas de confianza, la verificación del desarme, etc. ayudarán a crear un mundo más seguro y menos conflictivo.
Estos fueron los puntos de debate de la agenda internacional de los Estados del Cono Sur sobre seguridad en los años noventa.