De acuerdo al concepto más antiguo, correspondiente a la escuela rusa de Dokuchaiev, Gedroiz y Glinka, el suelo es un cuerpo natural independiente con una morfología propia que resulta de la acción combinada del clima, materia viva, roca original, relieve y edad del proceso. Este concepto original de los suelos se mantiene invariable, siendo modernamente confirmado a través de los criterios ecológicos de múltiple interacción de los sistemas naturales litosfera, hidrosfera y biosfera.