A partir de 1983, se profundiza el debate en América Latina acerca de los acontecimientos mundiales del momento, las nuevas tendencias de la economía internacional, los efectos regionales de la crisis y las acciones que debía cumplir para reinsertarse en la economía mundo.
Todas las perspectivas de aquel momento, a través de los análisis de mayor autoridad, demostraban que América Latina no se encontraba ante una coyuntural circunstancia negativa, superficial y pasajera. De ninguna manera; la crisis era estrucutural.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)